martes, 21 de enero de 2020

Vale la pena estudiar una carrera profesional en el siglo XXI?


El primer decenio del siglo XXI dejó como moraleja que estamos en cambio permanente, las costumbres y los comportamientos del siglo anterior, basados en la percepción social y en el cumplimiento de metas de otras fronteras y culturas, que representaban estatus o identificación de lo correcto o lo valioso están siendo dejadas atrás a pasos de gigante.

Lejos quedaron los complejos y las diderencias de genero y color… la identidad y la libertad sexual se abrieron paso, y ganaron los terrenos negados por la cultura, la política y la religión; poco a poco el ser humano pudo dejar de esconder sus gustos y necesidades individuales, la mujer como género y como símbolo cambió el paradigma de la indefensión, la inequidad y el irrespeto, de a poco este proceso gana terreno y el bache de género pronto será solo un aspecto a recordar en los anales de la historia.

La educación es tal vez el nicho mas poblado de cambios y transformaciones de esta primera década, que inició con los procesos y comportamientos tradicionales de la enseñanza del siglo XIX y XX, y gracias a la tecnología y a los cambios generacionales de alto impacto, muta rápidamente para dejar de ser un ambiente de capacitación y adoctrinamiento, y se convierte en un modelo basado en la experiencia y el interés; en el pasado quedo el cliché de estudiar lo que es mas aceptado o lo que genera más posición social… hoy en día el campo de la educación explora el interés individual y la participación del individuo en el planeta, la subjetividad inicia un camino sano para estar por encima de la masificación en la formación; la experiencia reciente nos dice que no se deben formar más profesionales en serie.

Las universidades están afrontando una caída vertiginosa de matrículas sin entender del todo la razón, cuando en realidad, el mundo de los jóvenes en las últimas dos décadas ha dado un sinnúmero de señales que anunciaban el cambio, en Colombia la denominada generación X puso la alarma frente al cambio de necesidades formativas, acentuado luego por los milenials y los centenials, que no son otra cosa que personas cansadas de participar de forma obligada en la sociedad y en la formación de masas, con currículos inamovibles y desactualizados, sin la implantación de la tecnología, o la generación de experiencia real en la academia…tomaron la decisión de formarse de forma independiente, en ciclos cortos y prácticos que les permitan ganar dinero y reconocimiento rápidamente, y lograr tener espacios de vida joven al tiempo que se desempeñan profesionalmente.

La academia tradicional obliga al estudiante a estar 4 años o mas en una institución, sin poder ganar experiencia y aprendiendo contenidos que se hacen obsoletos rápidamente, normalmente antes de graduarse, y amarrados a currículos que se actualizan cada cinco o siete años; y que por desgracia hacen que el profesional se gradúe pero que no tenga las competencias reales para desempeñarse en el área que estudio, obligándolo a mendigar salarios bajos o condiciones de trabajo malas para poder adquirir experiencia, y de forma autónoma y presionada adquirir esas destrezas que la academia debía suplirle y no lo hizo.

El principal cambio es la presencialidad, hoy los jóvenes no quieres estar en un solo sitio por mucho tiempo, menos para realizar cuatro o cinco años de estudio que les quitan la posibilidad de vivir y disfrutar sus mejores años, y menos buscar un título que los acredite como profesionales… la tecnología esta abriendo una brecha entre el reconocimiento y la capacidad de hacer… en la formación de hoy el titulo profesional no es importante, lo que vale es la capacidad de hacer y de divulgar esos desarrollos.

Cuando nos hacían la pregunta de si es viable estudiar una carrera profesional hoy, en enero de 2020, la respuesta se inclina hacia el NO… y las razones son simples en realidad.

Hoy las empresas están empleando personas cada vez mas jóvenes, no por su título o por su experiencia… se están fijando en su capacidad de trascender, de comunicarse, de interactuar con la tecnología y la producción de innovación… de recursos frescos.

El mercado esta empezando a poblarse de posibilidades y alternativas de formarse y trabajar simultáneamente, de aplicar casi que en tiempo real lo aprendido, algo imposible en la universidad tradicional de hoy en día, por lo menos en Colombia.

La retribución económica al profesional es risible frente a la inversión realizada en su formación, en promedio un estudiante de universidad privada gasta al semestre $7.000.000 de pesos, y al egresar tiene suerte si encuentra trabajo, y en el caso feliz de hacerlo se tiene que conformar con dos salarios mínimos de retribución durante al menos dos o tres años… si hacemos el cálculo simple, el chico entra a la universidad de 18 años, estudia cinco y debe trabajar al menos tres o cuatro para empezar a tener retribución de su inversión… es decir al darse cuenta tiene 28 o 30 años de edad y no ha podido generar una estabilidad o un reconocimiento como profesional. Deja de ser joven y no se da cuenta.

La academia tradicional sacrifica la juventud en un innecesario proceso de formación que no debería superar los dos años.

Es por eso que hoy tenemos el boom del emprendimiento, los jóvenes están buscando la forma de tener recursos económicos rápidamente para poder viajar, divertirse y sentir que existen, y no tener que esperar a tener treinta y cinco o cuarenta años para estar estables.

La preparación y el estudio son vitales, y de ninguna manera intento decir que no son la plataforma del desarrollo y el avance, pero ya no estamos en la revolución industrial y no necesitamos mas obreros… como lo estamos haciendo está mal… hay que proponer espacios formativos basados en la experiencia, en la retransmisión de acciones y casos de éxito, en la practicidad y el desarrollo de los intereses individuales de las personas, de los jóvenes… hoy las universidades son solo un negocio que se basa en elongar al máximo en tiempo, la necesidad de las personas de cumplir su sueño de aprender algo que les interesa o les gusta… las universidades tienen en sus manos el proyecto de vida de los jóvenes… y solo piensan en como ganar cada vez más dinero con eso.

Hay que repensar la academia… y mientras eso pasa los jóvenes van a cambiar su forma de aprender, y las universidades serán solo espacios de especialización o formación avanzada… las carreras de pregrado muy pronto van a cambiar y a mutar en formaciones cortas y prácticas enfocadas en la transformación y el emprendimiento.

Aula 1

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